Joan Laporta ha obtenido este domingo un sí que necesitaba: el «Sí» a la financiación del Espai Barça. Los socios y socias del FC Barcelona decidieron dar su apoyo para financiar la profunda remodelación de las instalaciones del club por un montante máximo de 1.500 millones. Un total de 42.693 votaron a favor (87,8%) por 5.055 que lo hicieron en contra (10,4%) y 875 que se decantaron por hacerlo en blanco (1,8%). Después de las dudas que se han generado en torno a su gestión, el presidente saca adelante este gran proyecto.
Una cantidad superior a la del referéndum que dio vía libre al Espai Barça en el 2014 (37.535), pero también una cifra inferior a la de los socios que votaron en las últimas elecciones, el pasado 7 de marzo, comicios que permitieron a Joan Laporta iniciar su segunda etapa al frente del club (55.611). Eso refleja la crispación con la situación del club al que la llegada de Xavi Hernández no ha sentado como muchos esperaban y donde el estado de las cuentas sigue siendo muy negativo.
Aún así, el que debe ser el eje que vertebre la recuperación económica, que es esta renovación del estadio, ha visto este domingo que la afición culé lo respalda. Por fin se activará un proyecto que en siete años apenas ha echado andar, cuando, en un principio, tenía que haber sido completado precisamente en 2021. Sí que se ha derruído el Miniestadi y se ha levantado el Johan Cruyff, pero el Camp Nou está en un estado deleznable con grietas y otros problemas.
Si el presupuesto original de la junta de Josep Maria Bartomeu era de 600 millones, ahora el club busca hasta 1.500. Según los responsables azulgrana el Espai Barça se financiará por sí mismo, gracias a los ingresos adicionales que aportará en forma de nuevos palcos y asientos VIP, espacios de explotación, patrocinadores y distintos activos. Las previsiones del Barça pasan porque se generen 200 millones de euros anuales, una cifra que esperan incrementar incluso con la venta del naming. Eso tendrá respuesta en 2025, cuando se espera que se complete el nuevo Camp Nou, aunque los efectos reales no se esperan hasta 2027.
La financiación
Todo llegará a través de un crédito que Goldman Sachs dará al club. El Barça buscó unos intereses que estarán entre el dos y el tres por ciento y no se pagará nada los cinco años que durarán las obras de todo el proyecto del Espai Barça, ya que se pagaría durante los 30 años siguientes. Es decir, los 1.500 millones de devolverían en 35 años, con cinco de carencia. Unas cifras que para un club que tiene casi la misma cantidad de dinero en deuda son para revisar.
El cierre del acuerdo con la entidad de inversiones se prevee para el próximo verano, con el inicio de las obras. Los 200 millones de euros salen de un incremento del negocio ordinario a través de los ingresos por patrocinio y el ticketing, a pesar de que con este último no cuentan al 100% hasta que no esté terminada la reforma. Tampoco tienen asegurado su patrocinador principal, ya que el contrato con Rakuten termina en 2022.
Jaume Guardiola, presidente de la comisión económica del club, estableció varias líneas rojas para poder cumplir con los pasos descritos entre las que destacan que los inversores asumen el riesgo en caso de no cumplir las previsiones económicas y que no se hipotequen los bienes inmuebles del club. A pesar de que las agencias establecen esta inversión con una calificación lo suficientemente buena, el riesgo de tener como garantías los nuevos ingresos que se generen en un contexto de pandemia es grande.
Los cambios del Camp Nou
La nueva dirección de Laporta estableció que el coste final de la reforma del Camp Nou, la joya de la corona del proyecto, pasaría de 420 a 900. Todo esto pasa por una reforma integral de la estructura de un coliseo desgastado hasta el punto de estar en riesgo su integridad y que tiene problemas de electricidad. Aún así, lo más importante son los cambios en las gradas.
El plan inicial era crear un doble anillo VIP entre el segundo y el tercer graderío, 106 palcos privados y zonas de hospitality, pero Laporta concentrará los palcos y estas zonas VIP en el primer graderío. El Camp Nou tendrá una nueva cubierta con un sistema que distribuya el frío y el calor, así como con 30.000 metros cuadrados de placas solares. Copiando al nuevo Santiago Bernabéu, el plan es que tenga una pantalla de 360 grados.
También se planea abrir tres restaurantes en el estadio, crear una megastore y un nuevo museo y la adaptación de parte de la esplanada para crear un espacio verde. Cabe recordar que el entorno contará con el Palau Blaugrana nuevo, con una inversión de 420 millones, y el Estadi Johan Cruyff del que ya disfrutan. El objetivo es tener «el mejor campus del deporte y el entretenimiento dentro de una ciudad europea», tal y como establecía el club en el documento para animar a votar a favor del endeudamiento este domingo.